Viena después del consenso: Informe del 68º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU

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Viena después del consenso: Informe del 68º período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de la ONU

10 agosto 2025

Chequee también nuestro seminario en línea post CND: CND68 y la reforma de la política de drogas: análisis de las principales implicaciones.

Resumen ejecutivo

La 68ª sesión de la Comisión de Estupefacientes de la ONU (CND) estuvo marcada por dos crisis paralelas y superpuestas que se intensificaron mutuamente. En primer lugar, el colapso progresivo del “espíritu de Viena” – el conjunto de prácticas que durante décadas creó una apariencia de apoyo universal al régimen mundial para el control de drogas. En segundo lugar, la llegada al poder de la nueva Administración Trump, justo antes de la CND. Los Estados Unidos suspendieron inmediatamente casi todo el financiamiento a la ONU (la cual ya estaba sumida en una grave crisis de liquidez), al tiempo que cuestionaba muchas de sus normas e instituciones. Ambos son hechos históricos cuyos efectos se manifestarán durante años. Pueden extraerse, sin embargo, algunas lecciones provisionales.

  • El fin del consenso puede transformar la CND en un órgano dinámico para la formulación de políticas – si los Estados miembros están dispuestos a aprovechar esta oportunidad. Durante décadas, la adhesión al consenso mantuvo a la CND trabada en un estancamiento de políticas, repitiendo vieja terminología e ignorando las fallas del sistema vigente. Pero tras una votación histórica en 2024 sobre la reducción de daños, el consenso finalmente colapsó en 2025 con la aprobación de las seis resoluciones por votación. Ahora, las delegaciones que deseen impulsar el debate global pueden plantear resoluciones sobre temas que antes estaban bloqueados por unos cuantos Estados miembros. Es probable que las negociaciones sean más largas y que se adopten menos resoluciones. Pero ello podría convertir a la CND en un órgano multilateral dinámico, con más diplomacia, debate y gestión de políticas basada en evidencias.
  • Ningún tema “seguro” o “técnico” brindará protección contra la polarización. Este año, las resoluciones sobre temas convencionales, como la prevención del consumo de drogas o la protección de los agentes del orden público, fueron objeto de acalorados debates hasta el último momento y se sometieron a votación. No hay refugio contra la polarización en la CND. En vista de ello, los Estados Miembros pueden querer emplear su tiempo y recursos abordando temas y terminología que hagan avanzar el debate a nivel internacional, en lugar de intentar inútilmente moverse en territorio seguro.
  • El panel de evaluación independiente representa una oportunidad histórica, pero algunos países podrían tratar de cuestionar su legitimidad. En un acontecimiento histórico, la CND acordó (con 30 votos a favor, 18 abstenciones y sólo 3 votos en contra) establecer un panel de expertos independientes para evaluar el mecanismo para el control de drogas de la ONU. El trabajo diplomático sostenido de Colombia convenció a otros países de que esta delegación no trataba de imponer sus opiniones políticas, sino de abordar mediante el sistema multilateral un problema que durante décadas ha amenazado su estabilidad. Muchos países hubieran preferido un mecanismo de evaluación más débil, sin embargo, y observarán el proceso con cautela. Si los países represivos no pueden controlar el proceso, tratarán de aprovechar estos temores y presentar al panel como un intento de usurpar el papel de la CND.
  • Colombia y sus aliados deberán desplegar esfuerzos para mantener una mayoría global en favor de la reforma. La resolución colombiana fue respaldada por una nueva mayoría global, con apoyo de países de todas las regiones. Sólo Argentina, Rusia y los Estados Unidos votaron en contra. Tal coalición hubiera sido impensable hace sólo unos meses. Sin embargo, es probable que en los próximos años las posiciones sigan realineándose, a menudo influenciadas por dinámicas ajenas a la CND y a los debates sobre políticas referidas a drogas. En este inestable panorama, Colombia y sus aliados tendrá que luchar por mantener la unidad de la coalición de 60 países que en 2024 pidió una evaluación del marco internacional para el control de drogas.
  • La segunda administración Trump seguirá trasladando a Viena sus reaccionarias batallas culturales. Hay que buscar el origen de esta agenda reaccionaria en la política interna de los Estados Unidos y en la retórica preferida por la extrema derecha mundial. Hasta ahora, los principales objetivos han sido la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, las personas transgénero y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En consonancia con esta ideología, los Estados Unidos han mostrado un tono general ofensivo, han avergonzado a sus aliados de siempre y se han mostrado inflexibles en las negociaciones. Las amenazas, aranceles y burlas han dejado a los Estados Unidos aislados en esta ocasión, con Argentina como su único aliado. Pero es improbable que la administración Trump deje de promover esta agenda en la ONU.
  • Queda por verse si la ONUDD, la JIFE y la CND resistirán la tentación de aceptar las exigencias del gobierno de Trump. Los Estados Unidos siguen detentando enorme influencia política y poder presupuestal. En esta sesión de la CND, dejaron claro que sólo financiarían actividades de la ONU que se alineen con los principios del enfoque “Primero, los Estados Unidos”. Las declaraciones de la ONUDD y la JIFE sobre el control de las fronteras y la interdicción parecían destinadas a complacer a Washington, D.C. Más aún: los Estados Unidos lograron diluir las resoluciones de este año, aunque de todas maneras votaron en contra. Otros Estados Miembros podrían querer reconsiderar su apertura a negociar con un país no dispuesto a llegar a un acuerdo.
  • Las posturas sobre reducción de daños y derechos humanos están en evolución, pero la ONUDD sigue mostrando un sesgo conservador. En estos debates, países de diferentes regiones del mundo se ubican a ambos lados y las barreras son más permeables que antes. Sin embargo, la ONUDD permanece rígidamente aislada de otras entidades de la ONU, negándose a respaldar la reducción de daños y a reconocer los costos en materia de derechos humanos que implica el control de las drogas. Al mismo tiempo, la ONUDD ha ignorado la neutralidad requerida al invocar un retorno al consenso — candente tema de políticas en Viena respecto al cual una entidad de la ONU debería mantenerse imparcial.
  • A medida que cobran importancia el medio ambiente y los derechos indígenas, Viena debe romper el aislamiento sobre estas cuestiones con órganos de la ONU. Este año se aprobó la primera resolución de la CND sobre el medio ambiente, la cual incluía un reconocimiento específico de que las políticas referidas a drogas pueden en sí tener efectos nocivos, lo que también es una novedad. También resulta positiva una mayor atención a los pueblos indígenas, pero ello conlleva el riesgo de no alineamiento entre los textos sobre políticas de drogas y las normas ya existentes sobre derechos de los pueblos indígenas. Para resolver esta tensión, debe haber una mayor colaboración entre la CND y órganos ya existentes de la ONU que integran a los pueblos indígenas, así como una mayor participación de éstos en Viena.
  • La participación de la sociedad civil y de la comunidad ha sufrido un gran impacto debido a los recortes presupuestarios, lo cual afecta el valor de la CND como conferencia mundial sobre políticas de drogas. La reducción de la ayuda internacional por parte de los Estados Unidos y otros países ha tenido un impacto devastador sobre los servicios para reducción de daños en todo el mundo, poniendo en peligro la vida y la salud de personas que consumen drogas. También ha diezmado la presencia de representantes de la sociedad civil y comunidades afectadas en la CND de este año, particularmente personas provenientes del Sur Global. Ello debilita el papel de la CND como conferencia mundial sobre políticas de drogas.

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