Hora de pasar página: desarrollando una respuesta al cultivo de amapola de opio en Afghanistan basada en la ayuda al desarrollo

Después de casi 15 años desde la caída de los Talibanes, todavía existe incertidumbre sobre cómo proceder en el debate sobre políticas contra las drogas. Esto ocurre porque estos debates se han basado en conocimientos superficiales o erróneos de la amapola de opio y de su rol como sustento en medios rurales.

Esto no es una sorpresa ya que los legisladores y la comunidad internacional en Kabul permanecen desconectados de la realidad rural, ya que les está prohibido salir de Kabul y de sus recintos protegidos. Esta situación se ha visto agravada por la tendencia natural a restarle importancia (e incluso ignorar) problemas que parecen inextricables. La mayoría de las propuestas perpetúan las formas de pensar del pasado que han sido ineficaces, específicamente en la búsqueda de una formula milagrosa o plantación única que pueda competir con la amapola de opio.

Este enfoque es en mayor parte el resultado de la manera en la que la información se presenta a los legisladores, en particular de las estimaciones anuales de área de cultivo y de cosecha de opio presentadas por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) así como de sus análisis de las razones que empujan a los agricultores a cultivar amapola de opio. Los aspectos más problemáticos de su metodología son 1) el análisis de las razones que llevan a los agricultores a cultivar opio y 2) la suposición de una preferencia binaria entre el cultivo de trigo y de amapola de opio.

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