En el Vraem, la hoja de coca sigue siendo un medio de supervivencia

Noticias

En el Vraem, la hoja de coca sigue siendo un medio de supervivencia

8 julio 2015

Poco antes de que amanezca Raúl Rúa, de 42 años, junto a 15 jornaleros, entre mujeres, adolescentes y niños, inician una caminata de media hora para cosechar uno de los miles de campos de sembríos en el mayor valle cultivador de cocales del mundo.

"Si no fuera por la hojita de coca no habría comida", dice Rúa mientras extrae las hojas elipsoidales de los arbustos con sus manos abundantes en ampollas y callos causados por la fricción del vegetal. Sus brazos también tienen algunas cicatrices ocasionadas por los sangrientos choques contra Sendero Luminoso ocurridos en la década de 1990 en innumerables batallas que han permanecido en el anonimato.

Más de 600 mil habitantes del sureño valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro dependen de los cocales y están preocupados ante un posible ingreso de funcionarios del gobierno para destrozar los cultivos, que en un 93% se usan para fabricar drogas, según las autoridades.

"No somos narcotraficantes, pero la hoja de coca es el único sustento para el campesino", dice Próspero Ayala de la federación de agricultores del valle. "Mucho presupuesto para militares, para policías, pero casi nada para la educación, para la salud, para la gente".

Ayala reclamó al gobierno del presidente Ollanta Humala mejores condiciones para abandonar el sembrado de cocales junto a una mayor inversión en educación y salud para los jornaleros del valle, donde el 67% de pobladores es pobre, según cifras oficiales.

Leer el artículo completo.
Suscríbase a las Alertas mensuales del IDPC para recibir información sobre cuestiones relacionadas con políticas sobre drogas.