El informe demuestra que el uso tradicional de la hoja de coca es seguro, culturalmente regulado y respaldado por evidencia científica, cuestionando su actual clasificación internacional y prohibición.
La decisión de la OMS reabre un debate global sobre si la fiscalización internacional se basa en la protección de la salud, o se inclina por criterios desactualizados con sesgos coloniales y geopolíticos.
A pesar de la evidencia clara y en contravención de los derechos indígenas, la OMS recomienda la clasificación más estricta para la hoja de coca, perpetuando los fundamentos racistas y coloniales de su prohibición.
Intersecção analiza cómo la prohibición de las drogas impulsa la deforestación, la violencia y la desigualdad en la región, vinculando la “guerra contra las drogas” con la crisis climática global y llamando a una reducción ecológica de daños y una regulación basada en derechos.
Tras seis décadas de prohibición, la OMS revisa la clasificación de la hoja de coca, reabriendo un debate histórico sobre ciencia, cultura y justicia en las políticas de drogas.
TNI sostiene que la revisión de la hoja de coca podría abrir el camino a políticas más justas, sostenibles y culturalmente respetuosas en Centroamérica.
Aunque participativa y ambiciosa, la Política Nacional de Drogas de Colombia corre el riesgo de quedarse en el papel por falta de una hoja de ruta clara.
El IDPC instó a los expertos a poner fin a una injusticia colonial, pidiendo que la hoja de coca sea desclasificada y que se reconozcan plenamente las tradiciones y los derechos de los pueblos indígenas.
Productores y consumidores tradicionales de hoja de coca rechazan la postura de su gobierno ante la OMS, instando a la organización a excluir la coca de las listas, reconocer sus usos culturales y medicinales, y respaldar la investigación y las políticas basadas en derechos.
IDPC y otras cinco organizaciones llamaron a la ONU a corregir injusticias históricas, respetar las perspectivas indígenas y abordar los impactos nocivos de las políticas de drogas actuales.
El Comité de la OMS revisa la química, farmacología y usos de la hoja de coca, señalando posibles efectos terapéuticos, baja toxicidad y escasa evidencia de potencial de dependencia.
Zuluaga Duque y coautoras evidencian cómo las políticas de sustitución de coca siguen minando la autonomía de las mujeres al pasar por alto sus condiciones de explotación y exclusión, a pesar de su centralidad en el cultivo.