UNODC comparte buenas prácticas y lecciones aprendidas sobre normativas de drogas

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UNODC comparte buenas prácticas y lecciones aprendidas sobre normativas de drogas

2 junio 2015

La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés) ha compartido con el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia información y documentación sobre estándares internacionales, buenas prácticas y lecciones aprendidas en materia de normativas de sustancias controladas.

Entre ellas, se destacan la adopción de un enfoque centrado en la salud en relación a los usuarios de drogas ilícitas y los drogodependientes; el principio de proporcionalidad de la pena, evitando también sentencias mínimas obligatorias para delitos relacionados con drogas, así como la aplicación de medidas sustitutivas de la condena o la pena a los delitos menores relacionados con drogas.

Se define la despenalización como las modificaciones legislativas que mitigan las consecuencias de una conducta criminal. En este caso, la naturaleza criminal de la misma se mantiene sin cambios, mientras que la pena queda reducida o se opta por sanciones menos intrusivas.

La UNODC se refiere al concepto de despenalización de las drogas, exclusivamente abogando por la mitigación de las consecuencias penales de delitos menores relacionados a las drogas y por la introducción de un sistema más balanceado de sanciones que tome en cuenta y refleje la seriedad del delito. La definición de delitos menores pertinentes relacionados con las drogas o infracciones de carácter leve es una prerrogativa exclusiva de los Estados parte según la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas del 1988.

La drogodependencia es considerada por la ciencia como un trastorno crónico multi-factorial que afecta al cerebro. Padecer negligencia o abuso, crecer en una comunidad marginada, estar afectado por problemas tempranos psicológicos, ser víctima de violencia e inestabilidad, sufrir malas experiencias de parentesco y exclusión social, son factores que contribuyen a incrementar la vulnerabilidad para el inicio del uso de drogas, con un potencial de progresión hacia el desarrollo de conductas adictivas. Una creciente evidencia científica indica que el inicio del consumo de drogas y el desarrollo de la dependencia no pueden ser considerados como la elección aislada de un individuo, sino como la expresión del comportamiento de un conjunto complejo de vulnerabilidades y condiciones psico-biológicas.

En los tratados internacionales de fiscalización de drogas se alienta la adopción de un enfoque de orientación sanitario en relación al consumo ilícito de drogas y la drogodependencia, en lugar de inclinarse únicamente a un enfoque punitivo.

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