La OMS subraya el carácter esencial y vital de este servicio de reducción de daños, y ofrece estrategias prácticas para prevenir y gestionar las interrupciones.
La cooperación internacional ofrece una oportunidad para alinear de manera coherente las políticas de drogas regionales con las normas de derechos humanos.
El Comité de la OMS revisa la química, farmacología y usos de la hoja de coca, señalando posibles efectos terapéuticos, baja toxicidad y escasa evidencia de potencial de dependencia.
El CSFD pide una Estrategia de Drogas de la UE que ponga la salud, los derechos humanos y la equidad en el centro — pasando de las declaraciones políticas a la acción real, con la sociedad civil como socia plena.
La UNODC presenta su perspectiva sobre el papel de las flexibilidades de los tratados para posibilitar la descriminalización como parte de enfoques basados en la salud, identificando reformas y alternativas relacionadas a las medidas punitivas.
Contra la criminalización, la invisibilidad y la violencia sistémica, estas iniciativas buscan ampliar la reducción de daños y la reforma de políticas con perspectiva de género, basándose en la experiencia vivida.
Martín-Lannes et al. ofrecen perspectivas desde Colombia, destacando la importancia de regulaciones específicas para cada contexto y proponiendo recomendaciones que promuevan la equidad social.
El CDH y la Academia de Reducción de Daños Perinatales ofrecen una guía para apoyar la salud y el bienestar de los consumidores de drogas y sus familias.
EHRA analiza los vínculos entre la “guerra contra las drogas” y las represiones más amplias contra “agentes extranjeros”, discursos relacionados con drogas y comunidades LGBTQI+.
El Informe Mundial sobre las Drogas, presentado por la Presidencia de la CND en este evento, supervisa las tendencias mundiales en materia de drogas, sus impactos en la salud y sus repercusiones políticas.