Drogas y medios de comunicación

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Drogas y medios de comunicación

24 julio 2014

Los medios de comunicación han sido uno de los mayores afectados con la llegada de internet y luego de las redes sociales. El concepto clásico unidimensional de emisor—receptor claudicó, dando paso a un canal de doble vía mediante el cual toda persona emite y recibe, donde los usuarios y usuarias de la información no solo la comentan sino que la contextualizan y validan. Estamos en un escenario donde mentir es cada vez más difícil y donde la “chiva” o la primicia ha dejado de pertenecer exclusivamente a los medios, para ser generada por las redes sociales, el Twitter, el mismo actor de la noticia; donde es posible un diálogo directo sin mediaciones entre la ciudadanía y la institucionalidad, el poder, la farándula, la ciencia, la empresa privada y el sistema financiero.

El tema de las drogas no podía estar ajeno a este cambio, cuyo paradigma de “guerra contra las drogas” unido al enfoque de prevención y superación del consumo, se han reducido al prohibicionismo, la penalización, la enfermedad o el abstencionismo. Aunque el modelo ha disminuido cada vez más su margen de acción cuando aventajan otros puntos de vista desde la salud pública, el libre desarrollo de la personalidad, la reducción del riesgo y la mitigación del daño, los derechos humanos, el consumo responsable o moderado, los usos terapéuticos, los derechos de las personas usuarias, y el trabajo de algunos medios de comunicación que intentan avanzar guiados por el cambio de paradigma, aún subsisten el desconocimiento y los intereses propios de una industria de los medios masivos que no les permite insistir con la urgencia que demanda la sociedad.

El tema de drogas es cada vez más especializado. Tiende a la reforma, al cambio, al debate, a la argumentación, e incluye paulatinamente diferentes voces, además de aquellas que son públicas y expertas. Es un tema que se articula cada día más con los contextos internacionales y que está relacionado no solamente con muertes, lavado de activos y guerra, sino también con sanación, libertades individuales e ideologías políticas. Desde luego, los medios de comunicación deberían estar al tanto para no “dejarse colgar” de la actualización del debate, ni llegar tarde y descontextualizados.

Básicamente son tres los campos en los que los medios de comunicación comenten errores de forma recurrente y habrían de empezar a aplicar el cambio de paradigma:

  • Estigmatización: flagelo, problema o fenómeno
  • Falta de información
  • La inmediatez y el sensacionalismo

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