Una respuesta a las declaraciones del jefe de Devida, Alberto Otárola, sobre la regulación del cannabis en el Perú

Por Ricardo Soberón Garrido

Lima, 11 de Noviembre del 2015

Señor

Alberto Otárola

Presidente Ejecutivo de DEVIDA

De mi mayor consideración:

Por la presente me permito dirigirme a usted, para exponerle la posición del CIDDH y la mía propia en mi condición de anterior Presidente Ejecutivo de DEVIDA, con más de 20 años haciendo seguimiento a las políticas antidrogas en el Hemisferio, la Región Andina y en el Perú. Ojalá se dé el tiempo de leerla.

Particularmente, quiero expresarle nuestra opinión en relación a las Políticas de Drogas que ha desarrollado el Gobierno del Partido Nacionalista (2012 en adelante) y especialmente, sus recientes declaraciones en el Desayuno de Trabajo en el marco de la reunión de la CICAD en relación a las experiencias de regulación de cannabis y los motivos por los que usted expresa que el Perú no debe adoptar tales decisiones .

1. Sobre el Enfoque de DEVIDA en materia de Control de Drogas

En primer lugar, las Políticas que DEVIDA ejecuta desde su creación, son de Reducción de la Oferta basados en una reducción del área cultivada con coca, cuando los recientes estudios sobre factores de conversión indican que hoy se requiere un tercio de lo que había en los años 80 (42,000 hoy vs. 160,000 hás antes). Su Programa de Desarrollo Alternativo, es dependiente de la cooperación internacional (USAID y subcontratistas perennes) y no ha resuelto el problema de mercado de los productores, salvo el tema coyuntural del cacao en San Martín. En el VRAEM, ha tenido que entregar la posta al Ministerio de Agricultura, por su incapacidad de actuar con coherencia, sin mentir a los productores campesinos.

DEVIDA ha abandonado los esfuerzos en materia de Tratamiento/Rehabilitación (ni siquiera puede fiscalizar a los 450 Centros de Rehabilitación que hay en el país), negándolo como problema de salud pública. DEVIDA, no tiene incidencia en el plano del control (Policía, Fiscalía, Aduanas): la Policía atrapa mayormente mulas, paqueteros y usuarios, pero los “narcos” grandes, ni el levantamiento de los diversos secretos (bancario, bursátil), son fáciles de conseguir.

Durante su gestión, Señor Otárola, los puertos y las fronteras del país se han convertido en una coladera, mientras que las instituciones del sistema de control penal, están perforadas por la corrupción. ¿Ha hecho algo Señor Otárola al respecto?

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Thumbnail: Flickr CC Ameida