Brasil: Inseguridad, cuidado y libertad

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Brasil: Inseguridad, cuidado y libertad

10 marzo 2024
Rebeca Lerer

En las calles y en los consultorios, la prohibición de las drogas viola el derecho a la salud de los consumidores.

Las personas utilizan drogas, ya sean lícitas o ilícitas, para controlar el dolor, sobrellevar traumas, aliviar síntomas, mejorar el rendimiento y gestionar el placer. Desde el azúcar hasta el café, desde el alcohol hasta la cocaína, desde los hongos hasta el cannabis, desde los sintéticos hasta las semillas, lianas, tés, extractos y hojas: no hay registro de una sociedad que no haya hecho uso de psicoactivos.

La demanda de sustancias criminalizadas como la marihuana, la cocaína y la heroína se ha mantenido estable o en crecimiento incluso después de décadas de prohibición y represión. Las industrias de drogas legalizadas como el alcohol, el tabaco y los fármacos se han consolidado como grandes agentes económicos y culturales en el último siglo. Aceptar la realidad de que el uso de drogas es parte de la experiencia humana, es la base para cualquier política sustentada en el respeto a la autonomía y los derechos civiles.

Según la Organización Mundial de la Salud, entre el 10% y el 20% de las personas que consumen drogas desarrollan trastornos o dependencia. El patrón de uso es un fenómeno bio-psicosocial, relacionado con factores individuales (genéticos y psicológicos), contexto social (acceso a la vivienda, salud, ingresos, educación, ocio) y circunstancias de vida (traumas e historial familiar), además del tipo de droga. Cuando la sustancia de elección está criminalizada por un sistema hipócrita, los riesgos aumentan para todos los usuarios; para la minoría que se vuelve dependiente, es aún peor.

La psicóloga y especialista en medicina conductual Maria Angélica Comis trabaja en clínicas privadas y proyectos de asistencia y reducción de daños en las calles de São Paulo desde hace más de dos décadas. Al trabajar en ambos contextos, sus informes como profesional de la salud enseñan sobre la diversidad de trayectorias humanas que llevan (o no) a situaciones de abuso, y sobre las lagunas en la asistencia y el tratamiento en el país. También indican caminos no tan evidentes para abordar este fenómeno que afecta a millones de familias en Brasil.