La falta de voluntad política y el estigma generalizado limitan la aceptación y la expansión de estas intervenciones de reducción de daños que salvan vidas.
Los retos que plantean los mercados de drogas ilícitas en el continente africano hablan de las lagunas generalizadas en el acceso a medios de vida formales sostenibles.
Las intervenciones punitivas, incluso bajo el disfraz de la salud, se postulan como disuasorias, pero en realidad intensifican la exclusión y la violencia.
A pesar de las pruebas inequívocas en apoyo de la reducción de daños y de su creciente aceptación, las políticas de "guerra contra las drogas" siguen esquilmando los recursos públicos.
A pesar del riesgo de bombardeos, encarcelamiento, abusos y violencia sexual, les trabajadores ucranianes de la reducción de daños apoyan a miles de personas en el país y en el exilio.
El país, que durante mucho tiempo fue un centro de producción de opio, ha visto aumentar enormemente la producción de metanfetamina a raíz de la crisis económica y política, lo que hace temer un aumento de los trastornos por uso tanto en el país como en el extranjero.
Un estudio reciente del Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria refuerza un consenso global a favor de la despenalización como política que protege y promueve la salud y los derechos humanos, tal y como se recoge en la Posición Común del Sistema de Naciones Unidas sobre Drogas.
El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, sitúa los componentes de la ayahuasca en la programación más restrictiva, una decisión que va en contra de la opinión de los expertos y de los científicos.
A pesar de representar un avance, la exención concedida por el gobierno federal se queda muy corta en comparación a la propuesta original de la provincia.