Introducir cambios inteligentes en las políticas internacionales de drogas podría tener un enorme impacto sobre los índices de transmisión del VIH y otras enfermedades infecciosas, señala Richard Bronson.
El debate sobre la prisión en los Estados Unidos se debe ampliar para incluir la verdadera acción de encarcelación en masa que ha tenido lugar en el plano estatal.
El dr. Eliot Ross Albers, director ejecutivo de la Red Internacional de Personas que Usan Drogas (INPUD) discute la importancia de superar el estigma, la discriminación y la criminalización entre las personas usuarias de drogas y otros grupos de población clave en general.
En sigilo y con aval presidencial, el Gobierno de Argentina comenzó a trabajar en una batería de propuestas vinculadas con la despenalización del consumo de drogas.
Se otorgarán becas (totales y parciales) para los periodistas que querran participar al proximo Seminario para periodistas cuyo objectivo es generar un grupo crítico de periodistas capacitados y comprometidos desde una perspectiva vinculada al respeto de los derechos humanos, las políticas inclusivas para que desde su rol profesional contribuyan a fortalecer la paz y los procesos de democracia en América Latina.
La presidenta del Senado de Chile, Isabel Allende, se mostró a favor de la despenalización del autocultivo de marihuana, una medida que a su juicio permitiría avanzar en la lucha contra el narcotráfico.
El Gobierno estadounidense ha delineado una estrategia para prevenir y tratar el creciente uso de heroína y otros opiáceos que han generado una "epidemia" en todo el país.
Con su énfasis en la participación comunal y el respeto por los derechos humanos, este enfoque sobresale como la primera iniciativa de reducción de daños ejecutado desde el lado de la oferta.
Según un estudio reciente, el índice de prevalencia del VIH entre las personas que se inyectan drogas en Nueva Zelanda ha disminuido hasta solo el 0,2 por ciento, el más bajo jamás registrado en Nueva Zelanda y seguramente en cualquier otro lugar del mundo.
El hecho de que Singapur haya vuelto a adoptar la pena de muerte para los delitos de tráfico de drogas es preocupante, al igual que el enfoque general del país frente a las políticas de drogas.