El gobierno noruego anunció el 28 de febrero su intención de despenalizar la inhalación de heroína para reducir el número de sobredosis en un país donde la droga es más letal que los accidentes de tráfico.
Un programa piloto en el que se sustituye el bazuco por marihuana, con el fin de mitigar el riesgo en salud que acarrea la adicción a esa sustancia, será presentado próximamente a la alcaldía mayor de Bogotá. Esto podría mejorar los indicadores de seguridad y de acceso a la salud en la ciudad.
La agenda política de Uruguay es muy acotada en el tiempo. Según lo manifestaron los diputados participantes en el taller 'Política de drogas y regulación de mercados' el proyecto de ley de legalización de la marihuana debiera estar aprobado antes del mes de agosto de este año.
El Secretario General de la OEA destaca el encargo recibido durante la VI Cumbre de las Américas, instando a la OEA a analizar los resultados de las políticas sobre drogas desarrolladas en la región y a explorar nuevos enfoques para fortalecer esta lucha y ser más efectivos.
Una vez que fue despenalizado el masticado de la hoja de coca por parte de la ONU, el gobierno de Bolivia apunta a la industrialización de estas plantas para su comercialización y posterior exportación.
El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene la oportunidad de armonizar el discurso con los programas desplegados sobre el terreno y sumarse a los presidentes de países como Guatemala, Colombia y Uruguay, que están pidiendo una reforma de las leyes de drogas.
La ONUDD solicita comentarios sobre un nuevo documento que sirva de guía para la aplicación de programas de agujas y jeringuillas en cárceles y otros entornos cerrados.
En Massachusetts, un grupo de investigadores ha analizado los resultados que ha tenido sobre el número de muertes por sobredosis un programa que cuenta con apoyo estatal y que está centrado en la distribución y la formación en el uso de naloxona.
El gobierno francés ha dado luz verde a la apertura de un ‘centro seguro’ para personas usuarias de drogas en París, donde se podrán inyectar con agujas limpias y sin temor a tener problemas con la policía.