Bolivia vuelve a integrarse formalmente a la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, pero sin estar sujeta a su injusto e irrealista requerimiento de que la “masticación de hoja de coca quedará prohibida”.
A inicios del 2012 en la Cumbre de Cartagena, donde se reunieron todos los gobernantes de las Américas, el tema de las drogas fue el principal asunto tratado. En la región se barajan nuevas opciones con un enfoque de reducción de daños.
Bolivia fue readmitida en el seno de la Convención Única Sobre Estupefacientes de 1961 de la Organización de Naciones Unidas (ONU), con la reserva de que se respete al masticado de la hoja de coca, conocido tradicionalmente como acullico.
Hasta el 10 de enero solo unos nueve países se han opuesto al retorno de Bolivia a la Convención de la ONU sobre Drogas con una reserva sobre el tema del acullico.
Rusia elevará a rango de ley su oposición al cultivo de hoja de coca en Bolivia y a la reincorporación del país andino a la Convención Única con una salvedad que le permita producir la planta para su masticado.
La Comisión Global de Políticas de Drogas discutió el decepcionante impacto de la guerra contra las drogas en la salud pública en Europa oriental, así como las perspectivas de cambio en todo el mundo.
Este documento esboza algunos principios fundamentales para la participación significativa de la sociedad civil en los procesos internacionales de toma de decisiones.
Youth RISE es una red global liderada por jóvenes que aboga por la reducción de daños y la reforma de las políticas de drogas, y representa los derechos y necesidades de los y las jóvenes que usan drogas. Actualmente está reclutando a personas para formar parte del grupo de trabajo internacional para 2013.
En esta declaración ante la Junta de Coordinación de ONUSIDA, la INPUD critica la inadecuada relación de la ONUDD con las redes de la sociedad civil y su falta de voluntad para trabajar en colaboración significativa con la comunidad de personas que consumen drogas.
El nuevo presidente de México, Peña Nieto, ha esbozado una estrategia de seguridad destinada a reducir la violencia del narcotráfico que, al menos en su retórica, contrasta marcadamente con el énfasis de su predecesor en el uso de la fuerza para perseguir a los carteles.
La carta plantea una serie de preocupaciones por las reformas del Fondo Mundial, especialmente en lo que respecta a la participación de la sociedad civil en los procesos y la elegibilidad de los países de renta media para acceder a financiación.
Aunque la encuesta de este año muestra que no se produjo un aumento estadísticamente significativo del uso con respecto al año pasado, durante los últimos 6 años ha tenido lugar un incremento preocupante en el uso de drogas entre jóvenes.