Las políticas de "guerra contra las drogas" contribuyen a la destrucción de nuestro planeta. Por ello, la regulación ambientalmente sostenible debe formar parte de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.
Pese a haber experimentado una disminución durante el punto más álgido de la pandemia del COVID-19, recientemente los asesinatos han cobrado mayor ritmo en medio de la agitación social y reducida presión internacional.