Una coalición de organizaciones que representa a personas que usan drogas, profesionales de la salud y defensores de los derechos humanos ha propuesto que se revisen las políticas de drogas punitivas, respondiendo a las demandas de la sociedad civil.
Trump ha respaldado la ejecución de narcotraficantes, a pesar de la gran cantidad de pruebas que apuntan a que esta medida no desincentiva las actividades delictivas y viola los derechos humanos.
El Cirujano General de los Estados Unidos, la principal autoridad federal en materia de salud, emitió el primer aviso nacional de su departamento en 13 años para instar a que se garantice una mayor oferta de naloxona.
Las revisiones propuestas al código penal del país promueven penas severas por el uso y la tenencia de estupefacientes, incluida la sanción más dura, la pena de muerte, en lugar de un enfoque orientado a la salud.
Al ignorar las tensiones entre el derecho internacional y la realidad sobre el terreno, las principales potencias mundiales corren el riesgo de desvalorizar el sistema de las Naciones Unidas.
En un momento en que cada vez son más las muertes por sobredosis relacionadas con agonistas de los opiáceos increíblemente potentes, como el fentanilo y otras sustancias análogas, aumenta la presión para encontrar antídotos más eficaces.