Avanzando la reforma de la política de drogas: un nuevo enfoque para la descriminalización

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Avanzando la reforma de la política de drogas: un nuevo enfoque para la descriminalización

2 diciembre 2016

Cada año, miles de millones de personas alrededor del mundo usan sustancias ilícitas. Muchos lo hacen por placer, para aliviar el dolor, mientras otros lo usan con fines tradicionales, culturales o religiosos. A pesar del hecho de que el uso de las sustancias es un fenómeno extendido y no violento, el enfoque predominante de los gobiernos alrededor del mundo es criminalizar a aquellos que usan o poseen sustancias.

Dichas políticas están promulgadas con la falsa esperanza de que, junto a los esfuerzos enfocados en la producción y oferta de las sustancias, el mercado de sustancias y su uso pueden ser eliminados. Los daños creados por la implementación de leyes punitivas respecto a las sustancias no pueden ser exagerados cuando se trata de su severidad y alcance. Diariamente, los abusos de derechos humanos –desde la pena de muerte y las ejecuciones extrajudiciales, hasta el tratamiento inhumano y coercitivo – están comprometidos alrededor del mundo en nombre del control de las drogas, mientras que las leyes estrictas han escalado crisis de salud pública en la forma de epidemias de VIH y Hepatitis C. Asimismo, en un gran número de países, las leyes de drogas han causado un severo hacinamiento en las prisiones. Estos extensivos daños provocados por un enfoque punitivo hacia las sustancias y el uso de las drogas, mina fundamentalmente el principio de dignidad humana y el Estado de derecho, fracturando la relación entre los Estados y sus poblaciones.

Para poder mitigar la extensión de estos daños, los gobiernos deben descriminalizar urgentemente la posesión de las sustancias para uso personal. La descriminalización es típicamente entendida como la eliminación de antecedentes penales por ofensas relacionadas a la posesión de sustancias para uso personal, con la imposición óptima de penas civiles como las multas o sanciones administrativas, o incluso ninguna pena en absoluto. Aunque hay algunos gobiernos que ya están transitando por este enfoque, solo un pequeño número ha implementado políticas que han generado resultados positivos para las personas que usan drogas y la sociedad misma, y estos gobiernos incluso han llegado a fiarse de las sanciones civiles en lugar de las penas. Pero el enfoque no ha ido más allá.

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