Más de 30 organizaciones europeas reconocen el fracaso de las políticas de drogas y exigen un nuevo enfoque que priorice la salud, los derechos y la participación comunitaria.
La estigmatización, desigualdad racial y políticas restrictivas en la prescripción de fármacos siguen dificultando el acceso a tratamientos que salvan vidas, basados en evidencias.
En el acto se reconocieron los perjuicios de las políticas de drogas para los jóvenes y las personas marginadas, y se instó a dar prioridad al apoyo sobre el castigo.
Lisboa Adicciones 2024 es una conferencia multidisciplinar que pretende moldear políticas y prácticas, profundizando en la ciencia y los comportamientos modernos de la adicción.
Shorter et al. resumen los resultados de más de 300 artículos y recursos, encontrando numerosos beneficios para la salud y reducciones en los costos relacionados con la atención de salud.
Paradise et al. subrayan la importancia de incorporar las voces de personas sin hogar para el desarrollo de programas de vivienda y de tratamiento del consumo de sustancias.
Si bien los estragos de las fuerzas represivas del estado sobre el bienestar de las personas usuarias son conocidos, menos discutidos son los impactos de la institución médica.
Los servicios entre pares refuerzan la salud y el sentido de comunidad de las personas que sobreviven los efectos más nocivos de las políticas punitivas contra las drogas.
Las organizaciones juveniles se movilizan para exigir un tratamiento más accesible y programas de reducción de daños, y para acabar con la criminalización y la violencia estatal.
Barnett et al. descubrieron que los afrodescendientes y otros grupos racializados de los EE.UU. tienen menos probabilidades de obtener recetas de buprenorfina, naloxona y benzodiacepinas que sus contrapartes caucásicos.
La Declaración de Antipolo, bajo los auspicios del gobierno y de la ONU, se compromete a alinear las estrategias de control y tratamiento de drogas con los estándares internacionales, en colaboración con la sociedad civil.