Estudio anual sobre políticas de drogas y opinión pública en América Latina 2014-2015

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Estudio anual sobre políticas de drogas y opinión pública en América Latina 2014-2015

24 junio 2015

Aumenta la aprobación usos terapéuticos (de un 5,74 a un 6,52) de la marihuana entre los latinoamericanos, sobretodo en Chile, Colombia y Uruguay. Además, la mayoría de los latinoamericanos considera más peligrosos el alcohol y el tabaco (un 8,91 sobre diez y un 8,18 sobre diez) que la marihuana (7,79 sobre diez), y crece el respaldo a medidas despenalizadoras en México y Colombia.

Así lo revela el último estudio del Observatorio Latinoamericano de Políticas de Drogas y Opinión (OPDOP) de Asuntos del Sur, el primer y único barómetro dedicado 100% a la temática de políticas de drogas en la región y realizado en alianza con centros de investigación claves en la región, como el Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos (CIDDH), El Centro de Estudios Cuantitativos de la USACH, el CESED de la Universidad de los Andes, Friedrich Ebert y la Asociación Costarricense para Estudios e Intervención de Drogas (ACEID), entre muchos otros.

Según refleja el barómetro, el 67% de los latinoamericanos perciben que el narcotráfico ha crecido en los últimos 5 años y más de un 75% consideran que la disponibilidad de drogas (marihuana, cocaína y otras) en las calles ha aumentado. En este contexto, existe cierto equilibrio entre las posturas que entienden que el consumo de drogas es un problema de seguridad ciudadana y los que lo perciben como un tema de salud pública. México es el país donde la población se muestra más crítica con las intervenciones policiales y militares, y Bolivia y El Salvador los países más conservadores al respecto.

Ante el fracaso de las políticas de drogas imperantes, la población está demandando vías alternativas. Las despenalización y legalización de producción, comercio y uso drogas, ganan aceptación entre los mexicanos (el 72% de los jóvenes respaldan la regularización del consumo) y los colombianos (donde se duplica el respaldo a la regularización de la producción), aunque la pierden entre los argentinos y los bolivianos. Al mismo tiempo, el modelo de regulación uruguayo, donde el 68% considera el consumo de drogas como un derecho individual, pierde ratios de popularidad en todos los países con respecto al año pasado. Esto a pesar de que Uruguay es el país de la región en el que menos se vincula el consumo de marihuana con actos delictivos (54% en comparación un una media de 74%).

Tras estos resultados los analistas del OPDOP perciben una crítica a los enfoques prohibicionistas, “que han incrementado la violencia en la región, sin lograr sus objetivos de disminuir el consumo de drogas, e impactando negativa y desproporcionadamente entre los jóvenes. El creciente apoyo a una reforma de la política de drogas, va de la mano de una mayor exigencia hacia las alternativas despenalizadoras y mercados de drogas regulados, que han de incorporar líneas de trabajo equilibradas que escuchen y atiendan las demandas de una población cada vez más crítica e informada”.

Al mismo tiempo, los expertos del OPDOP destacan la necesidad de mejorar la calidad y sensatez de las políticas educativas y preventivas, que hasta ahora en muchos países se han realizado bajo agendas políticas, conveniencias morales e incluso el gran negocio del tratamiento. “Por muchos años las campañas del terror frente al uso de droga han polarizado los debates y quitado espacio para el trabajo basado en la evidencia y la realidad social de nuestros países. Es necesario que tanto las instituciones como los actores ligados al prohibicionismo alarmante, hagan un mea culpa del gran daño que le han generado a millones de latinoamericanos.”

Este respaldo a un cambio de paradigma en los temas de drogas sucede en un momento en el que varios países latinoamericanos juegan un importante papel preparación de las discusiones que tendrán lugar en la Sesión Especial de la Asamblea General de Naciones Unidas (UNGASS) en abril de 2016, cuando la Asamblea General se reunirá a discutir un nuevo enfoque de políticas de drogas a nivel internacional.

Resultados destacados:

  • El 83% de los Chilenos asegura que la disponibilidad de marihuana ha aumentado respecto al año anterior
  • El 72% de los jóvenes mexicanos apoya la despenalización o legalización del consumo de drogas.
  • El 43 % de los Colombianos indica que la producción de drogas debería ser despenalizada o legalizada, un gran aumento con respecto a los datos de 2013-2014, cuando solo el 20% respaldaba esta opción. Además Colombia es el único país de la región en el que la mayoría de la opinión pública percibe que el narcotráfico no ha aumentado en los últimos 5 años.
  • El 87% de los argentinos perciben que la disponibilidad de cocaína ha aumentado en el último año y 55% considera que la intervención policial y persecución hacia los consumidores como política para reducir el consumo es inefectiva. No obstante, el respaldo a las medidas de despenalización o legalización del consumo cae del 74% al 50% entre los jóvenes de este país.
  • El 97% de los bolivianos consideran que el consumo de drogas constituye un problema social, sin embargo, tan solo el 2% indica haber consumido marihuana en el último mes y el 2% pasta base o cocaína alguna vez.
  • El 61% de los jóvenes costarricenses consideran que el consumo de drogas debería ser despenalizado o legalizado y el 46% de la población considera que la intervención militar no es efectiva como medida para reducir el narcotráfico, cifras en aumento.
  • El 68% de los uruguayos indica que el uso de drogas debería ser un considerado un derecho individual.
  • Tan solo el 1% de los peruanos indican haber probado alguna vez en el último año la cocaína o la pasta base. El 75% de ellos sostienen haber asistido a trabajar bajo el influjo de las mismas.
  • En El Salvador crece la percepción de que la intervención policial y persecución hacia los consumidores como política para reducir el consumo es inefectiva.

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