Coca: del estigma a la oportunidad

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Coca: del estigma a la oportunidad

2 septiembre 2020

Por David Restrepo, Ross Eventon, Sioly Rodríguez-Suárez / Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (CESED) - Universidad de los Andes | Facultad de Economía / Drugs & (dis)order

Es irónico que la coca, una planta tan central en la historia del mundo, sea tan difamada y pasada por alto. Las reformas de políticas de drogas se enfocan en otros temas, a pesar de que la guerra contra la coca es el primer dominó en el conflicto más mortal y destructivo de la guerra contra las drogas: la cocaína ilícita. Si bien es amplio el conocimiento sobre esta droga, la planta en sí misma se ignora, se iguala a la cocaína o se descarta como una idiosincrasia peculiar de los pueblos indígenas de América del Sur. Incluso el entusiasmo reciente en torno a las plantas tradicionales psicoactivas parece eludir la coca. Su papel como un enteógeno sutil, benigno y, sin embargo, poderoso sigue siendo un nicho oculto, a pesar de que millones de personas aprecian la coca y la hoja está en el corazón de prácticas de construcción comunitaria y de gestión sostenible, con importantes lecciones para Occidente (Allen, 2003; Echeverry & Pereira, 2010).

Incluso en la tierra natal de la coca, la Región Andina, parece haber poca conciencia sobre los aspectos positivos de la coca. Pocas personas saben mucho sobre los usos tradicionales de la coca o su potencial para la salud, la nutrición y la agricultura. En cambio, la coca sigue sumida en el estigma, la prohibición y en un ciclo repetitivo de políticas que buscan eliminarla. Irónicamente, estas políticas sólo parecen multiplicar los campos ilícitos de coca, los grupos criminales, la violencia y la pérdida de hábitat en algunas de las áreas de biodiversidad más importantes del mundo (Martínez & Castro, 2018; Rincón-Ruiz, Correa, León, & Williams, 2016).

El precedente de la regulación legal del Cannabis muestra que es posible un enfoque alternativo para la coca. La investigación, el desarrollo de productos y la reforma de políticas podrían darle forma a un mercado ético y lícito para los productos de coca tradicionales y contemporáneos, basadas en cooperativas y empresas indígenas y de pequeños agricultores. Esta nueva industria se construiría cambiando la coca de un producto ilícito a una “fitotecnología” legal, sustentada en el conocimiento y la inclusión: una parte clave de una bioeconomía que podría hacer un uso productivo y sostenible de la gran diversidad biológica y cultural de la región. Esta política industrial verde transformaría la coca de fuente de conflicto a nueva oportunidad que contribuya a la preservación de ecosistemas estratégicos mientras aborda algunos de los desafíos más complejos de la salud pública, la seguridad y la política de drogas en el mundo.

Para hacer esto, los países andinos productores de coca, Bolivia, Colombia y Perú, deben tomar la iniciativa. Bajo el régimen internacional de control de drogas, sólo estos tres países están autorizados, aunque de manera restrictiva, a cultivar y vender coca. Sin embargo, aún se necesita mucho trabajo para cambiar las narrativas y las políticas en la Región Andina y abrir un camino decisivo hacia una bioeconomía basada en la coca. Este documento proporciona un resumen del estado de la política de coca en la Región Andina, examinando primero a Colombia y después a Perú y Bolivia. Luego resume el estado actual de la ciencia de la coca respecto a su seguridad y usos potenciales, y finaliza explorando los principios requeridos para construir una bioeconomía de coca incluyente y basada en el conocimiento.