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Desarrollo alternativo en Colombia y participacion social: propuestas hacia un cambio de estrategia

12 enero 2011

El Desarrollo Alternativo ha venido adquiriendo, en el debate internacional, una importancia estratégica como soporte para canalizar respuestas no coercitivas al tratamiento de una de las fases más importantes en la cadena de la economía ilegal de las drogas. No obstante, la discusión de fondo continúa siendo si se le integra a un manejo antidrogas o si se le enriquece en su autonomía, para que se pueda desenvolver como una política flexible, que apunta a resolver problemas sociales, económicos y políticos (principalmente de gobernabilidad) en que se debaten las denominadas áreas con bajo control estatal.

Pero este es un debate nada fácil, porque en él intervienen no sólo países, sino incluso agencias en el interior de los Estados que tienen visiones e intereses distintos sobre lo que debería ser su manejo. Así sucede hoy, por ejemplo, entre USAID - United States Agency for International Development y las entidades e instancias de decisión, que le apuntan a una extensión de los temas de desarrollo como parte de decisiones sobre seguridad, lo que implica una conversión del tratamiento de los temas sociales, como parte de la continuidad de la guerra contrainsurgente por otros medios.

Así mismo, con este último enfoque, se ha venido ajustando el tratamiento del desarrollo alternativo en Colombia, sobre todo en el último período de la administración Uribe Vélez. Sin embargo, a juzgar por el último recorte de la ayuda militar dentro de la extensión anual de lo que aún se denomina el Plan Colombia, por parte de la administración Obama, se está tomando partido desde esa administración por una cooperación que busca, por lo menos, enviar un mensaje de replanteamiento de la estrategia. Su consolidación política es aún incierta. La tensión continúa entre las convergencias y los desencuentros de las diferentes agencias, entidades ejecutoras y gobiernos.

Este texto surge en medio de ese debate. Y se trata, en primer lugar, de hacer visible la existencia de otros actores que están llamados a participar en una discusión de mucho fondo, en donde se debaten grandes intereses estratégicos, e, incluso, se juega una parte importante de la perspectiva del conflicto colombiano.

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