Reclamo por la intención de modificar la Ley de Salud Mental: Un decreto como chaleco de fuerza en Argentina

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Reclamo por la intención de modificar la Ley de Salud Mental: Un decreto como chaleco de fuerza en Argentina

16 noviembre 2017

Por Dolores Curia

El viernes pasado se conoció un proyecto de reforma por decreto reglamentario de la Ley Nacional de Salud Mental impulsado por la Dirección Nacional de Salud Mental, que se encuentra en este momento esperando la firma del Presidente de la Nación. El proyecto atenta contra el espíritu que la ley, valorada como modelo por los organismos internacionales de protección de derechos humanos y por inscribir el cuidado de la salud mental en el marco de los Derechos Humanos, la salud colectiva y la reivindicación de las voces de los usuarios. El cambio por decreto, afirman desde las organizaciones de profesionales y usuarios, fue pergeñado a espaldas de la opinión de los equipos de salud, las organizaciones y todas las personas afectadas.

En respuesta al proyecto de decreto reglamentario, el CELS publicó un comunicado en que el se alerta sobre los retrocesos que éste significa. Una de la principales críticas es que el proyecto modifica “la concepción de la salud mental” que la ley sancionada en 2010 considera como un “proceso multideterminado por componentes históricos, socio económicos, culturales, biológicos y psicológicos”, y en su lugar “reinstala el modelo médico hegemónico de perspectiva biologicista que resultó insuficiente para un tratamiento integral de los padecimientos mentales”. Esta mirada da lugar exclusivamente a las “prácticas fundadas en evidencia científica” y atenta abiertamente contra la interdisciplina, que es uno de los ejes fundamentales de la Ley de Salud Mental, es decir, contra los aportes de disciplinas “como la terapia ocupacional, la musicoterapia, el arte, la enfermería, la psicología, los acompañamientos terapéuticos y el trabajo social”.

Otro de los puntos más preocupantes del proyecto del proyecto de decreto es que contribuye a la reinstalación de los manicomios bajo el nombre de “hospitales especializados en psiquiatría y salud mental” y permite el aislamiento pleno de personas a quienes vuelve a denominar “enfermos” como un tratamiento regido por el “arte médico”. Asimismo, en palabras del CELS, se “habilitan tratamientos en comunidades cerradas para las personas con consumo de drogas”: se vuelve a hablar de “internación o tratamiento que motive el aislamiento de las personas con trastornos mentales y/o del comportamiento, ya sea restringiendo visitas, llamados, correspondencia o cualquier otro contacto con el exterior”.

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Thumbnail: CC Flickr Kenneth Allen