Familias mexicanas burlan la ley para conseguir marihuana medicinal

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Familias mexicanas burlan la ley para conseguir marihuana medicinal

24 noviembre 2015

Por Pablo Ferri

El hombre contesta al teléfono, es media tarde. Saluda, se presenta y dice que sí, que sabía que le iban a llamar por lo de la marihuana. Está en Chicago y cuenta el caso de su hija, que vive en un pueblo de Guerrero, en México. “Mi gordita sufre de epilepsia, tiene convulsiones”, cuenta. “Tenía tiempo sin que le dieran, pero cuando le dan son bien feas, acaba muy cansada. Yo vivo aquí de hace siete u ocho años, trabajo de soldador. Ella tiene como nueve. Un día la mamá de mi hija vio a Raúl [el padre de otra niña enferma de epilepsia] en la televisión por lo del jarabe de marihuana. Lo grabó y me mandó el vídeo. Ahí me empecé a informar y al final conseguí el jarabe. Llegará esta semana a Guerrero”.

México vive pendiente de la marihuana. Hace dos semanas, la Suprema Corte permitía que una asociación cultivase sus propias plantas para uso lúdico. Casi paralelamente, el país atestiguaba cómo una familia de Monterrey, los Elizalde Benavides, obtenía un permiso especial de un juez para importar un jarabe elaborado con marihuana. La hija mayor, Graciela, sufre del síndrome Lennox-Gastaut, un tipo especialmente agresivo de epilepsia. La niña convulsionaba más de 400 veces al día cuando empezó a tomar el jarabe el pasado octubre. De acuerdo a Raúl, su papá, las crisis han disminuido un 15% en apenas un mes.

Cuando vio el vídeo de Raúl, el hombre de Chicago, que prefiere ocultar su nombre para evitar problemas legales, quiso también el jarabe, pero se topó con la ley: el permiso de la familia Elizalde no implica que otros afectados puedan disponer de él. Es una excepción a la prohibición de importar medicamentos elaborados con cannabis.

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