Código penitenciario y drogas en Colombia: ¿algún cambio?

Noticias

Código penitenciario y drogas en Colombia: ¿algún cambio?

5 febrero 2014

Por Jorge Alberto Parra Norato (@JParraNorato)

Hace pocos días entró en vigencia el nuevo código penitenciario (la reciente Ley 1709) con la pretensión de reducir los problemas estructurales del sistema carcelario y penitenciario del país. El problema más visible es el hacinamiento, y una de sus grandes causas es la criminalización desproporcionada de los delitos de drogas. ¿Qué dice el nuevo código al respecto?

Según el INPEC, el país terminó el 2013 con un total de 120.032 personas recluidas en centros penitenciarios que cuentan con una capacidad máxima de 76.066 cupos. Cerca del 15 % de esas personas se encuentra privada de la libertad por haber cometido el delito de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

Al respecto Dejusticia realizó una investigación en 2010, que fue publicada nuevamente el año pasado, que mostraba que la gran mayoría de personas recluidas por actividades relacionadas con estupefacientes entre 2007 y 2009 no tuvo una participación importante en las redes del narcotráfico. Por el contrario, lejos de ser grandes capos de la droga, la mayor parte de estas personas son tan solo eslabones débiles del negocio que se caracterizan por no estar involucrados en actividades violentas, no recibir grandes sumas de dinero , ser reemplazados con facilidad tras ser capturados y, en un buen número de casos, vivir en condiciones socioeconómicas problemáticas.

Sin embargo, la reciente Ley 1709 dice muy poco sobre la población reclusa por delitos de drogas. A pesar de algún cambio positivo, este código incluye un cambio problemático que no guarda coherencia con la realidad carcelaria anteriormente retratada: incluye indistintamente a todos los “delitos relacionados con el tráfico de estupefacientes y otras infracciones” por lo que todas las personas que tengan alguna relación con una actividad que involucre drogas ilícitas deben cumplir su pena en prisión sin importar si se trata de campesinos cocaleros, pequeños expendedores de marihuana o grandes capos de las mafias del narcotráfico.

Lea aquí el artículo completo.

Suscríbase a las Alertas mensuales del IDPC para recibir información sobre cuestiones relacionadas con políticas sobre drogas.