¿Van a abolir el carnet de cannabis? En realidad, no

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¿Van a abolir el carnet de cannabis? En realidad, no

29 noviembre 2012

El nuevo gobierno de coalición de los liberales conservadores (VVD) y los socialdemócratas (PvdA) presentó el lunes 29 de octubre su acuerdo de coalición. Acordaron suprimir el carnet de cannabis, aunque el acceso a los coffeeshops sigue limitado a los residentes de los Países Bajos. Los clientes tendrán que identificarse con un documento de identidad o un permiso de residencia junto con un certificado de residencia. Los extranjeros no residentes siguen prohibidos. En otras palabras, no habrá carnet de cannabis pero continúa la política.

Sin embargo, el nuevo acuerdo también especifica que la aplicación del criterio de residencia se llevará a cabo en consulta con los municipios afectados y de ser necesario por etapas. La aplicación también depende de los coffeshops municipales y de políticas de seguridad para posibilitar “un enfoque hecho a la medida de cada municipio”. El acuerdo tiene todos los signos de un compromiso a medias entre las posiciones diametralmente opuestas de los dos partidos, en el que el VVD tiene la sartén por el mango en la continuación de la desastrosa política que inició el pasado Gobierno de derecha.

El vacío legal sólo parece estar en la frase de “un enfoque hecho a la medida de cada municipio”, que es la única concesión a la resistencia de muchos alcaldes y consejos municipales que se oponen al carnet. Los alcaldes de las cuatro ciudades más grandes de los Países Bajos (Ámsterdam, Rotterdam, La Haya y Utrecht) se expresaron abiertamente en contra de la introducción del carnet a nivel nacional previsto para el 1 de enero de 2013. El alcalde de Rotterdam, Ahmed Aboutaleb (PvdA) dijo que el carnet de cannabis no funciona y nunca funcionará. Simplemente produce más desorden público y tráfico de la calle. El sindicato más grande de la policía también dijo que el carnet no funcionó, calificándolo como una decisión política que no se centra en una política realista para resolver el problema.

El acuerdo de coalición parece allanar el camino para las grandes ciudades, a fin de que puedan determinar sus propias políticas, pero todavía no ha habido ninguna declaración oficial sobre cómo se van a implementar. El ministerio de Justicia seguirá en manos del VVD al haber sido ratificado en el cargo el actual ministro Ivo Opstelten, quien introdujo el carnet de cannabis. El PvdA hizo campaña contra el carnet y abogó por la regulación de los cultivos y del suministro a la puerta trasera de los coffeeshops, que en la actualidad aún está en manos del mercado negro. Los socialdemócratas se rindieron al concepto de ley y orden del VVD.

Aumento del tráfico de drogas en las calles y de desórdenes públicos relacionados con las drogas

El carnet de cannabis se introdujo en el sur del país el 1 de mayo de 2012. Las nuevas normas destinadas a frenar los desórdenes vinculados con el turismo de cannabis, como disturbios públicos a altas horas de la noche, atascos de tráfico y venta de drogas ilegales, se programaron para entrar en vigencia en todo el país el 1 de enero de 2013. Las nuevas directrices de la Ley del Opio holandesa transforma efectivamente los coffeeshops en clubes privados ya que estos solo pueden vender a los usuarios registrados, excluyendo a los extranjeros no residentes. Un establecimiento solo puede tener máximo dos mil miembros, quienes deben ser mayores de 18 años y ser residentes permanentes del país.

Opstelten ha descrito el nuevo sistema como un “gran éxito”, pero ha habido numerosos informes sobre incremento del tráfico en la calle y otros desórdenes públicos relacionados con drogas, así como una serie de efectos secundarios no deseados. La separación del mercados de cannabis de los de drogas duras ha desaparecido, también el límite de edad que aplican estrictamente los coffeeshops bajo pena de cierre.

Aunque la cantidad de turistas de cannabis ha disminuido, los medios de comunicación nacionales y locales reportaron un aumento de vendedores callejeros, taxis de cannabis, y traficantes de drogas en las ciudades del sur que hacen entregas a domicilio. Un número creciente de distribuidores de drogas ilegales acosan no sólo a los turistas, sino también a los residentes locales. Muchos coffeeshops perdieron una parte importante de su clientela porque la gente no quiere estar registrada y empezó a comprar la droga en la calle, en direcciones particulares, o a los llamados distribuidores de “teléfono móvil”. Para algunos coffeeshops, los ingresos han disminuido hasta en un 60 por ciento.

En las ciudades en donde se había introducido el carnet los alcaldes abogaron por una flexibilización de las reglas. El alcalde de Maastricht, Onno Hoes, (VVD) - anteriormente una Meca para los turistas de cannabis procedentes de Alemania, Bélgica y Francia - pidió refuerzos policiales para controlar a los “agresivos” traficantes callejeros. El alcalde quería también eliminar uno de los elementos clave del sistema de carnet de cannabis - la exigencia de que todos los consumidores fueran miembros registrados de “clubes privados” - después de encontrar que la gran mayoría de los consumidores se negó a esto.

Debido a que los locales son reacios a registrarse, una identificación y un certificado oficial de residencia debería ser suficiente para comprar cannabis en los coffeeshops, propuso Hoes. Ese parece ser el compromiso a medias alcanzado en el actual acuerdo de coalición. Marc Josemans del coffeeshop Easy Going en Maastricht, uno de los líderes de la protesta contra el carnet, dijo que el nuevo Gobierno les va a dar bastante trabajo a los distribuidores ambulantes y a domicilio, a pesar de haberse eliminado la obligación de registro. “Si la gente tiene la posibilidad de elegir entre un servicio a domicilio por la mitad de precio o un coffeshop donde todavía se necesita un certificado, la elección es fácil de hacer”.

Sin embargo no impedirá el aumento de la venta en las calles a turistas extranjeros en las grandes ciudades como Ámsterdam. Un 35 por ciento de los aproximadamente 7,5 millones de turistas extranjeros que visitan Ámsterdam cada año, indicó que el disfrute de cannabis en un coffeeshop fue una de las razones para venir a la ciudad. El acuerdo de coalición parece abrir la posibilidad para que ciudades como Ámsterdam se sirvan del vacío legal del “enfoque a la medida” para evadir la introducción del requisito de residencia.

No pasó mucho tiempo antes de que el alcalde de Ámsterdam Eberhard van der Laan anunciara que no impondría la prohibición a los turistas para entrar en los coffeeshops. Excluir a los turistas de los coffeeshops podría "deshacer todo el buen trabajo que se ha hecho" y dar lugar al retorno del tráfico callejero y al desorden público, según van der Laan el jueves. Sin embargo, un portavoz del Ministerio de Seguridad y Justicia, dijo que Van der Laan había sido prematura con su conclusión de que el acuerdo de coalición permitiera la ciudad a no cumplir a la prohibición de los extranjeros no residentes. Sin embargo, entrevistado por la prensa local AT5 el viernes el alcalde de manera inequívoca que dijo "Sí" a la pregunta de si coffeeshops permanecerían abierta para los turistas. "Tal vez tengo un mejor contacto con Opstelten de su propio portavoz," dijo.

Evaluación oficial

El próximo mes se publicará una evaluación oficial de la introducción del carnet en el sur de los Países Bajos, realizada por el Instituto Bonger de la Universidad de Ámsterdam y el Centro de Investigación y Documentación (WODC) del Ministerio de Justicia. Hay indicios de que, aunque la medida puede haber tenido algún impacto en la disminución de la cantidad de turistas extranjeros de cannabis, las consecuencias negativas en términos del aumento de la venta callejera y del desorden público, el aumento del riesgo de venta a jóvenes menores de edad, y la difuminación de la separación entre el mercado de cannabis y el de las drogas duras - una de las principales razones para permitir los coffeeshops - superan los beneficios del carnet. Algunos casos judiciales podrían también tener un efecto.

La pregunta es ahora si este resultado logrará convencer al ministro Opstelten y hacerle cambiar su manera de ver las cosas. En el pasado ha demostrado no estar dispuesto a dejar que las pruebas científicas y el sentido común interfieran con su enfoque populista de ley y orden. Sin embargo estos resultados refuerzan la posición de muchos ayuntamientos que se oponen a la continuación de la política del carnet de cannabis sin el carnet. Que los municipios se opongan a la medida y mantengan esta posición dependerá del coraje político de sus alcaldes y consejos municipales, dominados por los general por el VVD y el PvdA. De momento el acuerdo de coalición no ha resuelto realmente el problema.

Contenido de THC

El acuerdo de coalición también continuará con sus planes de introducir un ‘límite máximo’ de los principios activos de las drogas blandas. El Gobierno anterior anunció que el cannabis con más de 15 por ciento de tetrahidrocannabinol (THC) –uno de los ingredientes activos del cannabis- es demasiado peligroso y debería clasificarse junto con la heroína y la cocaína. Este es otro ejemplo de la introducción de políticas sin ninguna base científica. En junio de 2012 el Instituto Trimbos publicó un estudio que muestra que el umbral de 15 por ciento de THC es arbitrario y no da ninguna indicación acerca de si el cannabis con un contenido superior de THC es más perjudicial.

En conclusión, los resultados del acuerdo de coalición es decepcionante en materia de políticas basadas en evidencias efectivas para el cannabis y los coffeshops. El Gobierno anunció un recorte de 16 mil millones en gastos, pero ha desistido de la posibilidad de ahorrar 500 millones de euros (300 millones en impuestos especiales y 200 millones en reducción de costos para la policía y el sistema de justicia penal) si se hubiera regulado el suministro de cannabis a los coffeshops y se hubiera introducido un impuesto especial sobre el comercio, como proponía el PvdA antes de las elecciones, según los cálculos presentados por la Oficina de los Países Bajos para Análisis de Políticas Económicas (CPB) sobre el impacto económico de las propuestas de políticas en los programas electorales.

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