Noticias

DEVIDA: 10 años buscando su nicho

29 febrero 2012

Reviste Ideele 216, Febrero de 2012, Por: Jérôme Mangelinckx

El 10 de enero del 2012, el flamante jefe del Gabinete, Oscar Valdés Dancuart, anunció la salida de Ricardo Soberón como titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (DEVIDA), y se designó en el cargo a Carmen Masías Claux.

La noticia anuncia un cambio radical en las políticas públicas de lucha contra el tráfico ilícito de drogas en el país y posiblemente en la región. En efecto, a pocos días de que se oficializó la nueva estrategia para el periodo 2012-2016, que antes había pasado por un proceso de consulta por todos los sectores del Ejecutivo y la aprobación de dos gabinetes, se dio un paso atrás. En pocas palabras, la elaboración de una Estrategia Nacional que apunte hacia una lucha eficaz contra una problemática compleja requiere de cierto tiempo de investigación y planificación. Si bien Carmen Masías se propuso revisar esta Estrategia con el objetivo de "enriquecerla" junto a los diversos equipos técnicos de DEVIDA, ya ha pasado mucho tiempo y es necesario actuar con rapidez.

¿Qué rumbo tomará la nueva Estrategia Nacional? Según el titular de la PCM, DEVIDA se centrará en el desarrollo e implementación de programas y servicios de prevención, mientras corresponde al Ministerio del Interior la implementación de políticas de interdicción -entre otras, la erradicación forzosa de cultivos ilegales de hoja de coca-. Sin embargo, DEVIDA se creó mediante la ley 28003, promulgada en junio del 2003, que estipula que su "objetivo principal es el de proponer y recomendar con el Consejo Directivo, los lineamientos sobre la Política Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas, el Consumo Ilegal de Drogas Tóxicas y el Desarrollo Alternativo".

Resulta entonces que DEVIDA se estaría lavando las manos de su responsabilidad de monitoreo, seguimiento y evaluación en materia de interdicción. Al privilegiar el tema de la prevención, DEVIDA se estaría convirtiendo en un actor más de la sociedad civil cuyo trabajo es la prevención, la atención primaria y la rehabilitación de personas con adicciones. Y ya conocemos los resultados de las tendencias actuales en lo que se refiere a políticas de prevención. Lo ocurrido hace muy poco en San Juan de Lurigancho es otro ejemplo de la falta de presencia del Estado en su calidad de ente rector y fiscalizador de la oferta pública y privada de servicios y programas de prevención, atención y rehabilitación.

Recordemos que la prevención del consumo de estupefacientes ha sido contemplada de manera restrictiva en las Estrategias Nacionales de los gobiernos anteriores -que han tenido un impacto negativo al alentar el consumismo y limitar el empoderamiento de las poblaciones en riesgo- y, por ende, es imprescindible darle un lugar privilegiado en la lucha contra las drogas.

En eso sí estamos de acuerdo. Si bien se espera de DEVIDA que tome las riendas de las políticas públicas en materia de lucha contra las drogas, se reconoce que ni siquiera dio la cara tras lo ocurrido en "Cristo es Amor". En efecto, tanto la Municipalidad de San Juan de Lurigancho como el Ministerio de Salud y DEVIDA son responsables de esta tragedia.

Asimismo, no olvidemos que el Perú es el primer productor de hoja de coca y de clorhidrato de cocaína en el mundo, y corresponde a DEVIDA, por un lado, orientar el debate en torno a políticas eficientes de lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, control de los flujos de insumos químicos, lucha contra el lavado de activos y la corrupción, control aduanero y marítimo, mejora de la labor de inteligencia y fortalecimiento de la llamada Ley de Pérdida de Dominio.

Por otro lado, al tratarse de un fenómeno transfronterizo, corresponde también a DEVIDA buscar y fortalecer espacios regionales e internacionales para una respuesta integral y multilateral al fenómeno de las drogas, ya que este año el Perú estará en la mira de la comunidad internacional.

Si bien Carmen Masías tiene poco tiempo en el cargo, ya metió la pata en dos ocasiones: uno, por la falta de responsabilidad de su institución en lo ocurrido en San Juan de Lurigancho; y, dos, por no haber sabido aprovechar la oportunidad de participar en un evento internacional sobre políticas de drogas. Con respecto a este último punto, este mes de febrero se organizó un Diálogo Informal sobre Políticas de Drogas en Lima con el fin de estimular un debate amplio y abierto en la región sobre el tema. Sin embargo, este año no se contará con el apoyo del Gobierno a través de DEVIDA.

Si bien se espera de DEVIDA que tome las riendas de las políticas públicas en materia de lucha contra las drogas, se reconoce que ni siquiera dio la cara tras lo ocurrido en Cristo es Amor.

En efecto, tanto la Municipalidad de San Juan de Lurigancho como el Ministerio de Salud y DEVIDA son responsables de esta tragedia.

DEVIDA y la prevención

Desde hace tres décadas se implementan estrategias de prevención basadas en la abstinencia, las cuales han sido acatadas por la mayoría de comunidades terapéuticas del país. Estas estrategias no buscan más que evitar el consumo de drogas, sean legales o ilegales, sin, por lo tanto, enfocarse en los sufrimientos ocasionados por comportamientos vinculados o no al consumo de drogas, trátese de violencia familiar, abusos sexuales, pandillaje, exclusión social, etcétera. Dichas estrategias generan estigmatización y exclusión al no reconocer la complejidad de la problemática o no entender la dinámica de las interacciones sociales que determinan ciertos comportamientos. Es tiempo ya de dejar de lado las intervenciones de tipo ambulatorio para implementar proyectos de base comunitaria que apunten hacia la reducción de los daños y la construcción de la seguridad en la comunidad.

En ese sentido, es responsabilidad de DEVIDA ser partícipe de la comisión sectorial encargada de formular el Proyecto de reglamento de la ley 29765, que regula el establecimiento y ejercicio de las comunidades terapéuticas. De la misma manera, le corresponde diseñar y elaborar los lineamientos estratégicos en materia de prevención, atención y rehabilitación para su implementación y fiscalización por parte del Ministerio de Salud, con el fin de luchar contra la informalidad y mejorar la oferta de servicios y programas.

Nos preocupa que DEVIDA ya no considere las políticas públicas de lucha contra el tráfico de drogas desde un punto de vista integral, pero también que se aplique un modelo de prevención, atención y rehabilitación que margine a las poblaciones de alto riesgo del consumo de drogas y problemáticas asociadas.

Suscríbase a las Alertas mensuales del IDPC para recibir información sobre cuestiones relacionadas con políticas sobre drogas.