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Bolivia adhiere con reservas a Convención antidrogas

4 enero 2012

Associated Press, Domingo, 1 de enero, 2012, Paola Flores

LA PAZ (AP) - Bolivia adhirió nuevamente a la Convención de Viena de 1961, la cual penaliza el mascado de coca, medida con la que el presidente Evo Morales no está de acuerdo ya que en Bolivia es considerado una costumbre tradicional.

La adhesión fue informada el sábado por la agencia de noticias del estado, ABI, que explica que Bolivia hizo llegar un documento a la Organización de Naciones Unidas en el que se "reserva" el artículo que penaliza a la coca en estado natural como un estupefaciente.

"El 29 de diciembre de 2011, el señor presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, envió formalmente al Secretario General de Naciones Unidas la Adhesión de Bolivia a la Convención Unica sobre Estupefacientes de 1961 a partir del 1 de enero de 2012", señala parte del documento que hizo público la ABI.

La reserva firmada por Morales indica que el requisito sobre "la masticación de la hoja de coca debe ser abolida" y justifica que es incompatible con la Constitución de Bolivia, que protege la coca como parte de su patrimonio cultural y establece que en su estado natural no es un estupefaciente.

En junio del 2011 Bolivia denunció la Convención de Viena de 1961 por estas razones, pero al presentar la nueva adhesión anula la denuncia. La reincorporación de Bolivia se hará efectiva a partir del domingo 1 de enero del 2012, con la reserva de por medio.

Morales, quien forjó su carrera política como defensor de la hoja de coca, emprendió una campaña internacional para lograr que la ONU retire el veto a los usos tradicionales de esa planta.

La hoja de coca es materia prima de la cocaína pero amplios sectores de la población boliviana mastican coca en su estado natural, ya que se considera que la hoja reduce el cansancio y tiene otros usos medicinales.

Además de propiedades medicinales, en la culturas andinas la hoja de coca tiene otros usos místicos.

Según cálculos de la ONU, en Bolivia existen unas 31.000 hectáreas de coca, de las cuales 12.000 son legales y están destinadas a usos tradicionales. El resto se desvía a la cocaína, de la que Bolivia es tercer productor mundial después de Colombia y Perú.

A mediados de diciembre, Morales no pudo convencer de las virtudes del mascado de coca a una comisión de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), que visitó Bolivia encabezada por su presidente, Hamid Ghodse.

El presidente de la JIFE elogió los "avances" de Bolivia en la lucha contra el narcotráfico, pero dijo que el país debe aceptar convenios internacionales sobre la materia.

Ghodse y otros delegados de la JIFE llegaron a Bolivia invitados por el gobierno para escuchar alegatos de las autoridades a favor de los usos tradicionales de la coca, prohibidos por la Convención sobre Estupefacientes de las Naciones Unidas de 1961, la cual es cuestionada por el gobierno boliviano.

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