Continuando con los progresos obtenidos: Bolivia consolida éxitos en reducción de coca y piensa reformar ley de drogas de hace decenios

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Continuando con los progresos obtenidos: Bolivia consolida éxitos en reducción de coca y piensa reformar ley de drogas de hace decenios

18 agosto 2015

Por el cuarto año consecutivo, Bolivia ha experimentado una reducción en el cultivo de hoja de coca, según estadísticas dadas a conocer hoy por la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y el Delito (ONUDD). Un análisis de estos datos, realizado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y la Red Andina de Información (AIN), revela que las políticas sobre coca de este país —basadas en la “reducción del cultivo de coca mediante la cooperación” antes que la erradicación forzosa— son responsables por esta reducción. Se estima que en 2014 el cultivo de coca ocupó 20.400 hectáreas, el nivel más bajo alcanzado en más de una década.

El informe de WOLA y AIN, “Consolidando Avances” (solo disponible en inglés) muestra que el cultivo de la hoja de coca en Bolivia ha disminuido un 34 por ciento entre 2010 y 2014. El informe identifica asimismo que el desarrollo económico, la cooperación con comunidades cocaleras y el respeto por los derechos humanos han sido los principales factores que impulsaron estas consistentes reducciones. Esta experiencia contiene lecciones clave para el Perú y Colombia, los dos principales productores de coca en el mundo, los cuales siguen aplicando campañas de erradicación forzosa a pesar de los daños que éstas causan y de su ineficacia para lograr reducciones duraderas del cultivo de coca.

“Los éxitos de Bolivia envían un mensaje claro: la erradicación forzosa del cultivo de coca no es efectiva ni justa, y únicamente conduce a ciclos de pobreza y violaciones a los derechos humanos—no a reducciones sostenidas en el cultivo de coca”, dijo Coletta A. Youngers, Asociada Principal de WOLA y co-autora del informe. “Mediante acciones para brindar a los agricultores cocaleros alternativas económicas y para permitirles el cultivo de pequeñas cantidades para consumo tradicional, Bolivia ha reducido la oferta de coca que se desvía hacia el mercado ilícito”.

El programa de Bolivia se basa en un estrecho monitoreo para asegurar que los agricultores individuales no sobrepasan su cato o parcela de tierra designada para el cultivo permitido de la hoja de coca. Los agricultores participan de un registro biométrico para facilitar la identificación y monitoreo de la producción, transporte y venta de la hoja, garantizando en términos efectivos que los cultivos se destinan únicamente a productos lícitos—no para producir cocaína o sus derivados.

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