Habeas Coca: La comunidad Boliviana para la fiscalización de la coca

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Habeas Coca: La comunidad Boliviana para la fiscalización de la coca

31 julio 2015

Cuando el Presidente Carlos Mesa desafió la enérgica oposición de Estados Unidos en 2004, y legalizó el cultivo de pequeñas cantidades de hoja de coca por parte de los campesinos bolivianos, se marcó un cambio radical en las políticas destinadas a reducir la oferta de drogas en las Américas. No solo uno de los países más pobres de América del Sur afirmó su control nacional después de veinte años de represión en su principal zona de cultivo de coca, financiada por los Estados Unidos, sino que también el acuerdo del cato (nombre con el cual era conocido) terminó los enfrentamientos violentos entre la policía y los pequeños agricultores. Con este acuerdo, los campesinos y sus familias lograron ver cumplidas sus demandas de larga data, las cuales permitían su subsistencia a través de un terreno pequeño para la cultivación de la hoja de coca, la cual juega un papel central en su supervivencia económica y en la cultura andina.

Solo un año después, la elección presidencial del líder sindical cocalero, Evo Morales, consolidó los cambios anunciados con el cato. Bajo el lema “coca sí, cocaína no”, el nuevo gobierno que estaba comprometido con la prohibición radical de la pasta base y la cocaína, anunció planes para “el desarrollo con la coca” con el fin de industrializar productos legales hechos de hoja de coca. Bolivia también reconoció el consumo tradicional de coca por primera vez en su constitución de 2009, y presionó para obtener el reconocimiento internacional para consumir la hoja de coca dentro de sus fronteras, reconocimiento que logró en 2013.

En 2009, se puso en marcha un programa innovador conocido como el control social de la hoja de coca. Basándose en los altos niveles de organización de los cocaleros junto a un mejor monitoreo usando tecnología sofisticada, la titulación de tierras y el desarrollo económico, el programa de control social se basa en valores culturales muy arraigados que enfatizan la importancia de la participación comunitaria a través de los sindicatos campesinos. Los mecanismos del control social de la coca en Bolivia son multidimensionales, con diversas entidades gubernamentales responsables de la ejecución.

Este informe de las OSF explica cómo funciona el sistema comunitario de fiscalización, y muestra su eficacia para la reducción de la violencia, el incremento de la participación ciudadana, el alto a la corrupción, el establecimiento y diversificación de las economías locales, y la reducción del cultivo de hoja de coca. Más información, en inglés, está disponible abajo.

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