Drogas, drogos y chivos expiatorios

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Drogas, drogos y chivos expiatorios

21 noviembre 2014

Jérôme Mangelinckx, Coordinador del Área de Políticas Legales y Seguridad Ciudadana-Centro de Investigación Drogas y Derechos Humanos

En el imaginario social, las drogas han sido consideradas como factores causales de la percepción de inseguridad ciudadana. Así, el imaginario social representa la postura desde donde se construye la respuesta del Estado, muy a menudo punitiva, frente a las drogas. Sin embargo, hablar del fenómeno de las drogas implica el abordaje de una serie de premisas arriesgadas en este contexto de populismo punitivo. El punto de partida es que las drogas siempre han existido. En otras palabras, no van a desaparecer nunca y por ello debemos aprender a convivir con ellas. Seguramente ya muchos lectores dirán, ¿cómo se atreve a decir esto cuando las drogas son el mal de nuestra sociedad? A lo cual les respondería, ¿se acuerdan ustedes por qué demonizan a las drogas y sus usuarios?

Mientras unos hablan de adicciones, otros hablan de delincuencia. Sin embargo, para una mejor aproximación al fenómeno de las drogas, propongo desaprender lo que sabemos para desmitificar nuestras percepciones sociales y de construir los fenómenos de estigmatización y exclusión social. Empecemos por el concepto de un mundo (y un Perú) libre de drogas (entiéndase ilegales). Lo más sorprendente es que no parecemos percatarnos de la gran contradicción entre el discurso utópico y la realidad cotidiana. Por ejemplo, en una cancha de fulbito en Chorrillos podemos leer en una pared “A la droga dile no” junto a la publicidad de una marca de cerveza que patrocina la cancha y sacia la sed de los jugadores después de un intenso partido.

Por otro lado, el etiquetamiento o uso de calificativos burdos como drogos, adictos, enfermos, pastrulos, etc., solo contribuye a la estigmatización de aquellos que usan drogas. Estos estereotipos nacen de la falsa atribución de delincuente habitual o adicto al usuario de droga. Es necesario desmitificar esta creencia arraigada. De la misma manera, no sería correcto decir que aquel que toma cerveza los fines de semana es un delincuente y un alcohólico. Parece que, en cuanto al uso de drogas ilegales se refiere, nos hemos olvidado además que existen distintos patrones de uso (experimental, ocasional, regular, problemático, etc.) y que no todos son adictos.

Por miedo a lo desconocido (las drogas ilegales en este caso), la opinión pública y su tendencia al populismo punitivo, alimentada por los medios de comunicación, exige que se castigue severamente a los usuarios de drogas por el simple hecho de asociar drogas con delincuencia, violencia e inseguridad ciudadana, cuando las cifran demuestran todo lo contrario. Permítanme presentar un ejemplo práctico para ilustrar este comentario: la casi totalidad de denuncias por violencia contra la mujer, según consumo de alcohol y otras drogas, se dieron cuando el agresor se encontraba bajo los efectos del alcohol (OPD-DEVIDA, 2010).

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