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Crece apoyo internacional a Bolivia por masticado de la hoja de coca

22 febrero 2012

La Paz, 20 feb (PL)

El vicecanciller boliviano Juan Carlos Alurralde aseveró que varios países de la Unión Europea (UE) respaldan el pedido boliviano de adhesión con reserva a la Convención Unica de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes.

En junio pasado Bolivia denunció el artículo 49 de esa convención y el presidente Evo Morales solicitó en diciembre a la Secretaría General de ONU una nueva adhesión, pero con una reserva que permita mantener legalizado en el país el masticado o acullico de la hoja de coca.

"Estuve en Bruselas para explicar a los 27 miembros de la UE los alcances de la reserva y hay una respuesta muy positiva, una vez que varios países saludaron la voluntad de Bolivia de volver a la convención de 1961", señaló el vicecanciller.

Alurralde afirmó que la máxima representante de relaciones internacionales de la UE, Catherine Ashton, expresó complacencia por la solicitud del Gobierno boliviano.

La premisa de Bolivia, explicó el funcionario a la prensa aquí, es desplegar una amplia información internacional sobre los contenidos de la reserva, la revalorización de la hoja de coca y la lucha contra el narcotráfico.

Mostramos en Bruselas y Viena los resultados de la lucha contra el narcotráfico, las miles de hectáreas de cultivos de coca ilegales reducidas, la destrucción de fábricas de cocaína y la incautación de toneladas de droga en el país, agregó.

Aunque ninguna nación hizo conocer oficialmente su oposición, deberá esperarse el cumplimiento del plazo hasta el 31 de diciembre.

Alurralde informó que en Bruselas, el Comité para América Latina del Consejo de la Unión Europea pidió que los países con dudas sobre el acullico de la coca recaben información a Bolivia antes de asumir una posición final.

El país andino altiplánico puso en consideración de la comunidad internacional un miramiento con respecto al uso cultural y medicinal de la hoja de coca.

A mediados de 2011, el Estado Plurinacional denunció ese tratado sobre estupefacientes, que considera veneno a la hoja de coca, a pesar de ser parte nodal de la cultura de los pueblos originarios de los Andes.

El requisito de la Convención Unica relativo a que la masticación de hoja de coca debe ser abolida es incompatible con la Constitución de Bolivia, que protege a esa planta como parte del patrimonio cultural y establece que en su estado natural no es un estupefaciente, por sus fines tradicionales, culturales y medicinales.

Dicho requisito vulnera derechos indígenas y culturales reconocidos en la Constitución del país, así como acuerdos internacionales sobre derechos humanos, incluyendo la declaración ONU sobre los Pueblos Indígenas.

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